Carlos SARTHOU CARRERES, 1913
i tot el que diu de nosaltres (part 4)
INTERESES MATERIALES. AGRICULTURA.- Dice el publicista agrario de Castellón Sr. Gimeno Michavila, que la agricultura ó arte de laborar la tierra es el primer paso dado por la especie humana en el progreso de la misma, el agente principal de la riqueza pública y su más copioso manantial. [...] La provincia se halla incluída entre los límites de las extremas regiones climatológicas de cultivo: desde la caña de azúcar (objeto de explotación en otro tiempo en los llanos de la Plana), hasta la alpina correspondiente á los puertos de Benifazar, Peñagolosa, Montalgrao, Ragudo, Muela morellana y picos de Espadán, con bosques maderables, cubiertos muchos meses bajo una sábana de nieve. [...] (pàg. 273)
HISTORIA DE LA AGRICULTURA.- Prescindamos de los rudimentarios trabajos agrícolas de los primeros pobladores de nuestra provincia (Nota: "Lo fenicios enseñaron á los íberos la extracción del aceite. Los primitivos españoles cultivaron el trigo, la vid, olivo y lino. Los granos los guardaban en depósitos y cuevas subterraneas. Eran las mujeres las que cultivaban el campo, dándose el caso de que, recién paridas, volvían al campo aquellas fuertes labradoras, quedándose el marido al cuidado del nuevo vástago. En sus montes tenían encinas, pinos, alcornoques y robles. De los montes extraían los metales para fabricar sus aperos de labranza, armas y utensilios. De esta época primitiva, viene también el cultivo de la palmera, que se creyó hasta hoy, que la importó á Córdoba el califa Abderramán en 139 de la Hégira. Fernández Guerra, Puig Torralba y otros, han demostrado que los fenicios la trajeron á Levante antes de la dominación romana.).
Cuando Roma [...] comenzó á tender caminos, elevar puentes y dar medios de vida para el desenvolvimiento de la actividad humana, y saliendo de su inanición y aislamiento, los antiguos pueblos de este suelo desarrollaron la industria agraria, que, como otras, debió adquirir sin duda desarrollo y prosperidad. Díganlo, si no, el bienestar y desahogo que adquirieron sus habitantes y el dato elocuente de ser esta provincia ibérica, al igual que Siria, 'el granero de Roma', porque el sobrante de sus frutos más de una vez salvaron de la necesidad á la dominadora del mundo. Los restos de monumentos, objetos y hallazgos de aquella época, nos demuestran su prosperidad, y la producción agraria era la única encargada de suministrarle su subsistencia. Es más: la fertilidad de este suelo y su floreciente cultivo lo cantan los historiadores romanos, y algún crédito hemos de conceder al gaditano Lucio Junio Moderato Columela, en sus tratados 'De Re rústica y De Arboribus'. Ellos inventaron el arado. [...] Sábese que los cultivos preferentes de esta provincia, durante la época romana, fueron, entre otros, los siguientes: cereales (cebada, centeno, panizo, avena y especialmente trigo) [Nota: "En el anverso de las monedas romanas de Segorbe -Segóbriga-, aparece estampado el simbólico haz de espigas de trigo]. Seguía en importancia la uva [Nota: "De ahí la palabra griega 'Histra' (país de viñas), con que se denominó la comarca del cabo de Irta, cerca de Alcalá y Benicarló"]. También se cultivaban el aceite y los higos. De los bosques tomaban las maderas y leñas que espontáneamente se producían. En las riberas de los ríos producían hortalizas y legumbres (habichuelas, lentejas, guisantes, habas, cáñamo, coles, cardos, ajos, cebollas, melones, pepinos, nabos, etc.) frutales (peras, manzanas, cerezas, limones, nueces, almendras, avellanas y granadas).
El decaimiento agrícola iniciado en la última época romana, se acentuó en el periodo visigodo. Ninguna modificación favoreció á la agricultura, que no lograba reponerse de la decadencia en que la sumió la destructora invasión de los alanos, agravada por el menosprecio con que los bárbaros guerreros del Norte miraban el trabajo agrícola, tan necesario para la vida del hombre. La propiedad territorial de esta época, continuó reconcentrada en manos de magnates tan poderosos como indolentes ó amortizada en manos del clero. Los curiales siguieron siendo responsables subsidiarios de la pobreza de los contribuyentes sin poder enajenar sus fincas. Los siervos, adheridos al terruño. Los esclavos, privados de personalidad jurídica. Y las tierras cultivadas por brazos negligentes, sin cabeza directora, y en condiciones de imposible progreso y sin medios de mejoramiento. Y así pasó la raza germánica por nuestras feraces llanuras de la Plana castellonense y las cuencas labrantías del Palancia y el Mijares, sin dejar el menor vestigio relacionado con los trabajos rurales. Y entra en nuestra tierra, por su turno, un nuevo huésped: el árabe.
El año 714 de nuestra era, capitulada Zaragoza, invadieron el territorio que hoy es Castellón los árabes, capitaneados por Tarik-ben-Zeyad. Más políticos los invasores islamitas que sus antecesores romanos y godos, respetaron como las vidas, las haciendas o propiedades. En vez de apropiarse de todo el suelo, como los primeros, ó de sus dos tercios, como los segundos, solo tomaron las tierras de los emigrados, pueblos que les resistieron y clero, de los que daban un quinto al Califa. Los hispano-latinos que habitaban estas tierras, no opusieron la menor resitencia á los invasores (que respetaron su libertad personal y propiedades, salvo un pequeño impuesto de capitación). Las clases serviles ganaron con la invasión al adquirir el derecho de enajenar ó disponer de sus bienes libremente. Los esclavos podían quedar libres pronunciando la fórmula de no hay más Dios que Dios y Mahoma es su profeta. De ahí que sobrepujase pronto la población mahometana á la cristiana. Estas y otras razones sociales influyeron grandemente en el desarrollo de la agricultura patria, con la individualización y división de la propiedad rural, la libertad del cultivo particular y creación de los jornaleros del campo. Pero hay más: el ejército de Tarik, los berberiscos conquistadores, fueron relegados á las áridas llanuras de lejanas tierras, y los árabes de Muza cómodamente se adjudicaron esta rica provincia y sus tribus yemenitas eran eminentemente agricultoras. Y esta influencia de los árabes en la agricultura castellonense, llegaba hasta nuestros días, nadie se atreve á discutirla. Los Sres. Bellver y del Cacho, inspirados en este tema tan simpático, publicaron una curiosa memoria, en la cual inspiramos estas líneas. Los árabes variaron, desde luego, el antiguo sistema extensivo de cultivo de barbeche, por el cultivo intensivo. Como tenían suficientes brazos para las operaciones campestres, emplearon mayor trabajo y gastos, y en menos terreno conseguían más producción. Ellos fueron los que utilizaron el agua que sus antecesores dejaban perder de fuentes y ríos; y para la distribución y aprovechamiento de la misma, hicieron grandes obras de azudes ó presas y acequias, cuyos cimientos han llegado a la posterioridad. [...] a los árabes se deben obras que riegan en [...], Chiva de Morella, [...] A los árabes se deben los azudes que sangran el Bergantes y el Carbó, fecundando 580 hectáreas más en La Mata, Forcall, Todolella, Ortells, Zurita, Palanques, Villores, Ludiente, Villahermosa y Argelita; [...] (Nota: "Las palabras 'asaqyah' y 'as-sudd' -acequia y azud-, derivan del árabe. el rey D. Jaime, al hacer generosa donación de las acequias y manantiales de Valencia, previno que las tomasen segons que antigament es é fó stablit é acostumat en tems dels sarrains.). Y no solo debemos á los árabes sus magníficas obras hidráulicas, sino que el tratadista extranjero Mr. Jaubert de Passá confiesa imparcialmente que la teoría del sifón era ya conocida por los árabes en España, ocho siglos antes de que se presentara en el mediodía de Francia su descubrimiento como una verdadera novedad. Además importaron á España el sistema de norias traído de Egipto para alumbramiento de aguas subterráneas, que buscaban en perforaciones verticales ó pozos para riegos. Consistían en ruedas dentadas de madera para hacer girar las cuerdas de alcaduces ('al-ga-dus') de barro cocido, que ponía en rotación una caballería que giraba sujeta á una palanca. Montcófar, La Llosa, Mascarell, Benicasim, Torreblanca, Alcalá, Las Cuevas, Benicarló, Vinaroz, Cálig y Salzadella, poblaciones todas de origen sarraceno, vieron convertidos sus secanos en feraces huertas, en cerca de tres mil hectáreas, fecundadas por las norias, si añadimos á dichos pueblos los antiguos términos de Peñíscola, Cabanes, san Mateo y Oropesa. Además de irrigar tantos terrenos mediante acequias y norias, desecaron muchos terrenos pantanosos, haciéndoles desaguar por acequias y canales en el mar, consiguiendo convertir sus lechos en tierras labrantías. [...] Y se crearon las 'marchals'. Total: más de 250,000 hanegadas de huerta de regadío crearon los árabes en nuestra Provincia, tomándolas del secano inculto y de las lagunas pantanosas. De ahí que se multiplicara tanto su población, pues [...] pueden contarse 170 grupos de poblados habitados en esta Provincia, de creación muslímica. Con el escalonamiento de las faldas de los montes, la vida en barracas ó alquerías campestres, el constante roturado y siembra de los campos, sabia alternativa de variados cultivos, innovación de los estiércoles, injertos y podas, aumentos de regadíos, etc., etc., puede decirse que con los árabes nació la verdadera agricultura española de esta comarca. Consulte, sino, el curioso lector, el 'Libro de Agricultura' de Abu-Zacaria-Ebu-el-Awam (Nota: "Traducido en 1802 por D. Antonio Joseph Banqueri") [...] Además de los cultivos ya conocidos por romanos y godos, nos importaron muchas plantas exóticas de las que obtenían pingües cosechas. Y entre ellas eran sus favoritas: el arroz (además del trigo, en sus cereales); altramuz, almorta y judías (entre las leguminosas); el algarrobo, morera, naranjo (Nota: "Esta auvanciacea fue traída del Asia en el siglo VII por los árabes, según afirman sus autores agrícolas de la época"), palmera datilífera, higuera negral, granado, albaricoquero, azufaifo, níspero, acerolo, alcaparro, almez y membrillo (entre árboles cultivados); alfalfa (como forraje); acelga, alcachofa, berenjena, sandía, zanahoria, chirivía y calabaza (entre la hortalizas y verduras); y quizás la caña de azucar, el azafrán y el algodonero. Hay que añadir que á los árabes se debe también el uso de sus nuevas azadas y la sustitución del toro por el caballo para los arados y acarreos agrícolas en esta región. Igualmente la 'fals' ú hoz cañamera; la propagación de los silos ó graneros subterráneos (por la prohibición de vender granos á los extranjeros), y como consecuencia, la institución de los 'pósitos'. En una palabra: fué muy próspera la agricultura árabe castellonense. El influjo ejercido por los árabes en la agricultura extendiose también á la selvicultura y también á la floricultura. (Nota al pie: "Gracias á dicho influjo, pudieron ya decir en su época, el Xerit Aledris ó Edrisi, en su 'Descripción de España', que entre Medina-Burrieda (Burriana) y Múrbeter (Murviedro), había muchas alquerías, arboledas bien cultivadas y aguas bien repartidas, y Yacut, en su 'Diccionario geográfico', dijo que Onda poseía abundantes aguas con que regaba sus jardines, poblados de variedad de árboles; gracias á él pudo el ilustradísimo Cabanilles celebrar, hace un siglo, la hermosa vega de Jérica [...], pudo Jaubert de Passá, pocos años después, con relación á los distritos de Benicarló y Vinaroz, que un suelo estéril, sin ríos ni fuentes, se había convertido en un vasto jardín[...]) (pàg. 273-278)
La reconquista trajo la guerra santa á esta provincia y fué el caudillo D. Jaime I. Para estos cristianos que palmo á palmo reconquistaban el suelo perdido, no podía tener la agricultura importancia alguna, por estar ocupados en el ejercicio permanente de la guerra. Y durante el feudalismo y con el renacimiento del Derecho romano, cayeron los agricultores del campo en las circunstancias é inconvenientes semejantes á la época de nuestra primera dominación imperial. Una de las primeras medidas del Rey Conquistador, fué ordenar el saneamiento de la Plana de Burriana, el autorizar en 1251 á los vecinos de la antigua 'Castalia', su traslado al palmeral de Burriana, actual lugar de la nueva capital. Uno de los cultivos de importancia en la época de la reconquista, fué el del arroz . Pero ello trajo consigo grandes estragos en la salud pública, por el encharcamiento del agua en los campos y su descomposición por el calor del sol estival. De ahí que los reyes y legisladores dictasen medidas sanitarias, restringiéndolo y hasta prohibiéndolo en la Plana*
(*Nota al pie: "Según documentos existentes en el archivo municipal de la capital, D. Alfonso IV, y luego D. Pedro 'el del Punyalet', en las Cortes de 1342, prohibieron dicho cultivo en Castellón. Anteriormente, desde 1357, el rey perdonaba el pago de Censo á estos labradores por las muchas enfermedades que sufrían. En 1356 había habido muchas muertes por las aguas pestilentes, é per falta de molta gent que es morta, no basten á sostenir ni conrear les abres, terres, heretats, etc.. El mismo rey D. Pedro, en otro privilegio de 1382, perdonó las contribuciones por diez años á causa de su pobreza y miseria. También Juan I en Zaragoza -27 de mayo 1388-, prohibió plantar arrozales en la Plana castellonense, bajo pena de '30 sous' por hanegadas, que más tarde hubo de aumentar. El rey Mrtín mantuvo la prohibición, ampliándola para todo el reino. Alfonso V, en 21 Mayo 1448, insiste en la misma, para Castellón, Almazora, Villarreal, Villarreal y Fadrell; y en 30 Agosto, desde Nápoles, redobla las penas á los contraventores. Carlos V y Juan II, hubieron de intervenir igualmente. A causa de las fiebres proporcionadas por el cultivo del arroz, murieron en Castellón más de 1,600 personas en 1398 -días de 30 y 40 defunciones-, y más de 900 óbitos ocurrieron en 1410; 800 en 1435 y así sucesivamente, las calenturas pestilentes dejaron reducidas á 569 casas en 1438, y el año 1478 solo quedaban en Castellón '33 casas miserables', del rico poblado que en 1357 contaba 'mil ciento diez viviendas ricas'. Igual ocurría en Burriana, que en 1362 tenía 897 casas y en 1438 se redujo á 190, disminuyendo á una séptima parte de la población en menos de un siglo. Por esta época, importose de America el pimiento, tomate, boniato y patata.) (pàg. 279)
En el siglo XIV, una de las industrias á que con más afán se dedicaron los agricultores castellonenses, fué la fabricación del azúcar, cultivándose con tal motivo en gran escala la caña dulce. Así lo comprueban las primeras ordenanzas de la capital, que en forma de códice se conserva en su archivo, y en la cual aparece una interesante 'Ordenatió de la canyamel'. según Viciana, debió mermar dicho cultivo en el siglo XV, renaciendo algo en el XVI. [...] (pàg. 279)
La expulsión de los moriscos fué un golpe de fatalísimas consecuencias para nuestra agricultura. La marejada comenzó ya con la cédula de Carlos V en 1526, obligando á los moros de este Reino valenciano á abrazar el cristianismo, orden que ocasionó el grave alzamiento de la sierra de Espadán, al que hizo armas el duque de Segorbe. Con ello empezó a tambalearse la riqueza agrícola en esta región, á la que sirvió de puntal la concesión del año 1533. Pero ni los sabios argumentos del arzobispo de Valencia, Juan de Ribera, en favor de los moriscos 'útiles cultivadores, industriales y comerciantes', ni los buenos deseos del obispo Figueroa, de Segorbe, y gestiones en favor de los mismos, y propósitos conciliadores del papa Paulo V, así como las súplicas de los señores del Reino en persona ante el Virrey, consiguieron nada del ofuscado Felipe III, que, mal aconsejado por el duque de Lerma, obligó á los desdichados trabajadores del campo y pacientes tributarios á extrañarse, con lágrimas en los ojos, de sus tierras valencianas, tierras que con sus sudores fecundaron, casas donde nacieron y patria donde á sus padres enterraron. Tan bárbara como la orden fué desastrosa la consecuencia; pues, privada la patria de brazos é inteligencias tan útiles, se resintió grandemente la agricultura, industria y comercio, quedaron incultas y abandonadas las tierras antes lucrativas; despobladas las viviendas y arruinadas las casas y el erario (Nota: "Por ello el beato Juan de la Ribera, impresionado por las pérdidas de las rentas del clero valentino, decía á los reverendos padres de sus diócesis, que podían dedicarse á comer yerba y remendar zapatos; y el historiador Viciana, terminada sus 'Décadas' de la historia de Valencia, diciendo que hecho de reino el más florido de España, un páramo seco y deslucido por la expulsión de los moriscos. Y es que tan cristiano historiador conocía aquel adagio de la época, que decía: Quien tenía moro, tenía oro.") Únicamente de la playa de Vinaroz, en el primer embarque, salieron más de '10,000' moriscos, y á poco, en el mapa de la provincia, hubo de repetirse á granel la palabra despoblado. Pero alguien quedó para aleccionarnos, y los labradores de tierras castellonenses debemos un tributo de cariñoso recuerdo y eterna gratitud á aquellos antepasados maestros, los agricultores árabes. (pàg. 279-280)
Tampoco adquirió gran impulso, al principio de la Edad Moderna, en nuestra Provincia, la agricultura, que empezó á decaer con los reyes de Taifas y recibió golpes como la guerra de la reconquista y la expulsión de los moriscos. Las continuas guerras en que nos vimos envueltos de continuo los pasados siglos; la emigración subsiguiente al descubrimiento de América; las manos muertas; la desamortización forzosa; las luchas civiles; las vinculaciones y mayorazgos; la prohibición de cerrar las fincas rústicas; el odioso privilegio de la Mesta y su honrado Consejo y otras causas, trabaron el desarrollo y florecimiento de la agricultura durante largas épocas. (pàg. 280)
Abolidos los señoríos jurisdiccionales por las Cortes de Cádiz; creada la libertad de cultivo, que solo limitan razones de salubridad y fiscales (como el tabaco); la enseñanza agrícola oficial y particular; la legislación favorable á la causa agrícola sobre asociaciones de labradores; defensa de plagas como filoxera, langosta y otras; los beneficios concedidos á colonias agrícolas; invención de maquinarias (aunque por lo muy dividida que está la pequeña propiedad en nuestra Provincia, no tengan aplicación esas grandes maquinarias); fabricación de vinos; abonos químicos supliendo la falta de los naturales; Congresos y publicaciones agrícolas... hoy la agricultura ha tomado en Castellón los altos vuelos que merece y solo falta para el laborioso agricultor la protección oficial, que sin motivo, todavía se le regatea. [...] (pàg. 280-281)
LA AGRICULTURA PROVINCIAL EN LA ACTUALIDAD.- La provincia de Castellón tiene una superficie de 655,087 hectáreas. De ellas 202,500 están sometidas á cultivos agrícolas, y las restantes a montes, eriales, ríos, lagunas, playas, poblaciones, vías de comunicación, etc. (Nota: "Estos datos y los siguientes los tomamos de un trabajo premiado en 1912 en los Juegos Florales de Castellón, de D. Manuel Peris). La extensión mayor de terreno laborado se dedica al cultivo de cereales en alternativa con leguminosas y tubérculos, elevándose á un total de 66,527 hectáreas, de las cuales 10,375 son de regadío y las otras 56,112 de secano, las cuales producen anualmente:
PRODUCCIÓN (quintales métricos) | CULTIVO | VALOR (pesetas) |
545,000 | trigo | 16.022,000 |
577,500 | patatas | 6.930,000 |
87,500 | cebada | 1.925,000 |
39,500 | maíz y legumbres | 1.190,000 |
35,000 | arroz | 1.015,000 |
14,000 | centeno | 337,300 |
10,000 | avena | 232,480 |
TOTAL | 27.651,880 |
En viñedos hay empleados 53,562 hectáreas, correspondiendo 51,360 al secano y 2,200 al regadío; con una producción media de 1.257,375 quintales métricos de uva; y descontada la que se consume en verde, se obtienen de la restante 896,250 hectólitros de mosto, valorados en 7.146,000 ptas., si bien en el año 1905 la producción llegó á 1.057,837 hectólitros, importantes 8.462,696 pesetas (Nota: así como la naranja enriqueció la Plana de Castellón, el vino enriqueció algún día Benicarló y otros pueblos cuando estuvo en auge).
De olivar se cultivan 29,000 hectáreas de secano, cosechándose 200,000 quintales métricos de aceite, aproximadamente, que representan un valor anual de 4.430,000 ptas.
Al cultivo del algarrobo hay dedicadas 25,000 hectáreas también en secano, de las cuales se obtienen 187,500 quintales métricos de algarrobas, estimadas en 2.250,000 ptas. solamente Vall de Uxó produce 5,000 toneladas métricas.
7,000 hectáreas son de higuerales y 4,000 plantadas de almendros (todas ellas de secano igualmente), pero no hemos logrado adquirir datos exactos de la producción de ambos cultivos y aún cuando la de ésta ha de ser escasa porque el arbolado es aún joven en su mayor parte, respecto de aquella, es sin duda alguna, de consideración, aunque parece estacionada. El higo forma parte importante de la alimentación de un gran número de familias que lo secan y prensan cuidadosamente; el de inferior calidad se emplea para cebar ganado de cerda y el sobrante es objeto de activo comercio apenas terminada la recolección, que tiene por centros de Benicasim, á un lado de la capital, y al otro Onda, Sueras, Vall de Uxó y otros pueblos del extremo E. de la sierra de Espadán.
Desconocemos la extensión de tierra dedicada al cerezo, manzano, peral, nisparero, melocotonero, granado y otros frutales, generalmente intercalados de un modo desigual entre huertas de cereales y regadíos de naranjal. Sus beneficios representan algunos millones. Y no hacemos mención especial del cultivo del avellano, esparto y algunas frutas americanas por ser reciente introducción y escasa cantidad. En cambio podemos afirmar que de naranjal existían ya hace siete años 12,700 hectáreas (más de 1,000 plantonales), distribuídas en la forma siguiente: 11,800 situadas en el litoral; 800 en la cuenca del Mijares, y 22 en la del Palancia. Hoy ha aumentado considerablemente con los alumbramientos de aguas subterraneas mediante norias á vapor y extensión natural del cultivo, siempre en regadío, como indispensable condición. [...]
En suma: de las 202,500 hectáreas que la provincia de Castellón tiene en cultivo, 172,500 carecen del beneficio de riego, y las otras 30,000 lo tienen por varios conceptos: 21,140 permanente; 1,560 eventual; 3,500 por elevación de agua; 1,300 marjales de riego y 2,500 marjales de sazón. El rendimiento de las tierras de regadío es mayor de 40.000,000 de pesetas (Nota: "Cantidad muy variable por las fluctuaciones del precio de la naranja, pues solo esta cosecha hubo año que rindió más de setenta millones -en 1907-."), y otro tanto el de los cultivos de secano, y si á estas cifras se añade el importe de las producciones no consignadas, positivamente no bajará de noventa millones de pesetas la totalidad de la producción agrícola de la provincia de Castellón. [...)
Las producciones herbáceas se hallan bastante equilibradas con relación á las necesidades alimenticias de los 311,000 y pico de habitantes que pueblan la provincia, como también para atender al sostenimiento de los animales de labor y recría de aves y ganados. No obstante, la producción arbórea es deficiente, por lo que interesaría reforzarla emulando la del naranjo, hasta adquirir toda la expansión comercial bastante á sobrepujar con su rendimiento al coste de muchos productos industriales. Y en fin, se notan otros significativos detalles en algunas comarcas; el estar excesivamente dividida la propiedad en pequeñas porciones (lo contrario que ocurre en otros países), lo cual impide el empleo de máquinas agrícolas y ensayos de grandes cultivos. El excesivo trabajo forzado de la tierra, á la que no se concede descanso alguno, cosa que solo con un mayor abonado se soportaría, falta de alternativa ó variedad de cultivos y plantaciones sobre los mismos campos; abuso de los abonos químicos (como consecuencia de la carestía de bastantes abonos orgánicos); falta de cooperación bastante entre los agricultores; y por encima de todo ello, falta de vías de comunicación, que obligan á muchos pueblos á consumir ellos mismos cuanto producen, pues sus productos exportados, por lo caro de los transportes, no pueden competir con sus similares (Nota: "Por ejemplo, las patatas producidas en el alto Maestrazgo, tienen allá, algunos años, un valor cinco veces inferior al de las recolectadas en la Plana; y al traerlas aquí, por los gastos de transporte, resultan ya más caras que las del litoral. Otro ejemplo: las naranjas en el Norte de España resultan por un precio exorbitante enviadas desde Castellón por ferrocarril, y resultan más baratas comprándolas en Inglaterra, y desde allá repatriándolas al Norte de España. Y por último, otro más elocuente: en un pueblecito montañés del Maestrazgo (no mentaremos su nombre por no pregonar su miseria), se empleaba para amasar cal en una edificación, gran cantidad de vino por tener éste allí menos valor que el agua, ¡y mientras tanto se vendía el vino en la capital á peseta el cántaro! Sin comentarios.) (pàg. 285-287)
RIQUEZA FORESTAL.- Forma la provincia de Castellón la sección segunda del distrito forestal de Castellón-Tarragona, en cuya última población radica la capitalidad y reside el Ingeniero Jefe de Montes, quedando en Castellón un Encargado de la sección que lleva el servicio subalterno de la misma. el servicio de vigilancia se desempeña por guardas mayores, subreguardas y guardas forestales del Cuerpo de Guardería del Estado, distribuídos en las tres comarcas, seis zonas y veinticinco cuarteles en que está dividida la provincia, par este objeto.
Figuran en el catálogo de la provincia castellonense, 59 montes públicos, que miden una superficie total de 23,776 hectáreas, pobladas de distintas especies de pinos, robles y encinas, con matorral y pastos. Están en muy buen estado de conservación y poblados con buena espesura, ocupando casi toda la parte septentrional de la Provincia, y diseminados desde el Norte (partido de Morella), hasta el Sur (partido de Segorbe). Los aprovechamientos ordenados que se hacen anualmente en los expresados montes, consisten en maderas, leñas gruesas para carbón, leñas bajas, resinas, bellota, esparto, caza y pastos, que producen un rendimiento anual de 50 á 60,000 pesetas. Hay once montes del Estado y cuarenta y siete de los pueblos, esparcidos entre los partidos de Albocácer, Lucena, Morella, Nules, Segorbe y Viver. [...] (pàg. 287)
INDUSTRIA.- La industria es tan antigua como el hombre. Antes que agricultor y que comerciante, debió ser el hombre industrial para cazar ó pescar, vestirse y arreglarse tosca guarida, construir instrumentos cinegéticos ó agrícolas, etc. Durante las épocas romanas y gótica, con la traba gravísima de la esclavitud y las rancias preocupaciones de la época, no podía en manera alguna prosperar la industria en esta región ni en otras. Las razones apuntadas al tratar de la agricultura en general, las damos aquí por reproducidas.
Fué preciso vinieran las africanas huestes para que, rotas con una simple fórmula religiosa las cadenas de la esclavitud y servidumbre pudieran los libertos de Allah dedicarse por propio incentivo á las industrias manufactureras, sin trabas á su ingenio y con la base favorable de una próspera agricultura local. En primer lugar se apropiaron nuestros laboriosos huéspedes de aquello que el suelo les ofreció espontáneamente, y se dedicaron á la explotación forestal y minera, á la caza y á la pesca. En minería, aparte de las arcillas utilizadas para alfarería y cerámica, yesos y cales para edificaciones y piedras de las canteras areniscas y calcáreas... (Nota: Los romanos explotaron una rica mina de mármol transparente cercana á Segorbe; y labraron más piedras que los árabes), creeremos, siguieron quizás explotando la mina de plata de Borriol, que ya conocían y aprovechaban los fenicios, cartagineses y romanos, por más que bien pudieran encontrarla ya agotada. Mundina y Miralles del Imperial afirman que los moros siguieron explorando las minas de cinabrio, cobre y cobalto de la sierra de Espadán (monte 'la Crehueta', entre Artana y Eslida'), cuyas toscas excavaciones, como las de Borriol, pueden aún verse. Según los Sres. Cacho y Bellver, explotaron seguramente unas minas de hierro en la Tenencia de Benifasar, pues según otro autor, cerca del Mijares, en la aldea de 'Berita' (jurisdicción de Onda), se empleaban los árabes en elaborar el hierro que extraían de minas cercanas. También se dedicaron á la pesca, como sus antecesores, en las playas y ríos ó lagunas, é igualmente á la caza en los bosques, y en el estanque de los ánades de Albalat y las albuferas y marjales de Almenara, Moncófar, Nules, Castellón, Oropesa y Torreblanca. Según los historiadores, abundaba la caza mayor y menor. Menos cazadores que los árabes fueron los romanos, y tanto ó más que ellos, los godos (Nota: "Asegura algún historiador que durante el sitio de Burriana, el rey Jaime I se entretenía algunos días cazando á los jabalíes por el palmeral cerca de la playa de la, hoy, capital").
Pero la especialidad de los árabes fueron las industrias agrarias: ganadería y cría de animales domésticos y de corral. Ya los antiguos (edetanos é ilercaones) en el Norte y Sur de esta Provincia, en sus montes abundantes en pastos, eran ganaderos, si bien no conocían la elaboración del queso ni curtido de las lanas, alimentándose solo de carne y leche de sus ganados y aprovechando sus pieles sin curtir. En tiempo de los godos, adquirió gran desarrollo gran desarrollo la ganadería, que continuó con los árabes; hasta ya en nuestros tiempos, á los odiosos privilegios del honrado Consejo de la Mesta, hubo de poner freno el creciente desarrollo de la moderna agricultura, la cual limitó el campo de los ganaderos. Sin embargo, entre los árabes debió disminuir el ganado de cerda por la religiosa é higiénica prohibición del Korán de comer sus sectarios una carne de la que hoy tanto se consume, y la dificultad de comerciar en ella con los cristianos. Abu-Zacaría, moro andaluz, en su 'Libro de Agricultura', no dedica ni una sola palabra al ganado de cerda y se ocupa extensamente de otros. Disminuyó el ganado vacuno y aumentó el caballar y asnal entre los árabes. En la cría de caballos pusieron especial esmero en su tipo peculiar, según el Sr. Boutelou. Mil hechos históricos comprueban este aserto. Los citados Sres. Bellver y Cacho aportan en su libro curiosos datos históricos, como los siguientes: el pueblo de Villores se llamaba entre los árabes 'Cabañil', por conducirse allí los rebaños del alto Maestrazgo (Nota: "Benter, lib. II, pág. 128."); las Cuevas se llamaba 'Aben-Romá' por los muchos ganados que criaba (Nota: "Tomo II de las 'Décadas' de Escolano). En las cartas pueblas conferidas por D. Jaime I á los mudéjares de Eslida, Ahín, Veo, Lengueir, Pelmes y Zuela, en 1242 concedioles derechos en pastos comunales sin pagar 'azofras', y solo el 'azague' acostumbrado (Nota: "Fernández y González"); y algo semejante á los de Vall de Uxó, en 1250; y á los de siete lugares de la Tenencia de Benifazá, los de Burriana, de Almazora, etc. En el Maestrazgo fué la ganadería la principal riqueza, y sigue siendo hoy la lana, en Morella, un producto fabril importante.
En lo tocante á animales domésticos, y útiles de siempre, en más ó menos escala, se fomentó su cría en nuestra Provincia. Desde antiguo, desde tiempos de Roma, en esta comarca eran célebres los coscojares, cuyo 'kermes' tintaban de púrpura antes de que trajeran del Nuevo Mundo la cochinilla. La agricultura fué siempre productiva con su cera y su miel. Y todos, especialmente los sarracenos, trataron con esmero á este laborioso himenóptero llamado abeja. Hasta mediados del pasado siglo hubo gran prosperidad en la producción de la seda en todas las huertas valencianas, cuya industria, sin motivo justificado, comenzó á decaer á mediados del pasado siglo XIX, pudiendo afirmarse que en absoluto ha desaparecido hoy en Castellón. (pàg. 287-290)
Y ocupándonos al fin de la industria manual ó mecánica ó fabril, diremos que hasta los árabes no adquirió vida en nuestra región. Viardot dijo que en las artes secundarias ó inferiores sobresalieron aquéllos, adquiriendo fama universal (Nota: "Historia de los árabes, pág. 234"). Albañilería. En este arte, como en el labrado de piedras, no les disputemos la supremacía á unos maestros indiscutibles: los romanos. Ahí están esparcidos, aún en pié, esos mudos testimonios que siglo tras siglo pregonan su mérito; esos monumentos incomparables de la antigüedad. El arco romano de Cabanes, construído sin argamasa, y restos de torres, castillos, muros, puentes, acueductos y otras edificaciones. Pero si no en calidad, en cantidad al menos no les van a la zaga los árabes. Ellos edificaron sobre nuestro suelo 170 pueblos é infinito número de habitaciones; ellos reedificaron las fortalezas de Morella, Peñíscola, Castellón, Segorbe, Ares, Forcall, Cervera, Onda, Oropesa, Borriol, Nubles (Villavieja), Castro, Bechí, Begís, Almenara y Jérica (sobre las mismas romanas, demolidas por orden del godo Witiza) [**I PORTELL NO??**]. Ellos levantaron cerca de cien castillos más, entre los que citan antiguas crónicas, los de Boy, Beni-hazá, Galintort [Castellfort], Castellserás, Alcalatén, Polpis, Xisbert, Benixilíu, Alcoceber, Capycorp, Almanzor, Uxó, Tristani, Marcolí, Buxnegro, Castell de Cabres, Lucena, Montornés, Fradell, Castelnovo, Benimalefa, Benicasim y otros. (pàg. 290-291)
La carpintería, tonería [vol dir tonelería?], ebanistería y otras artes de maderas, fueron también cultivados por los islamitas, legando hasta nuestros tiempos jabalcones, jacenas, mohamares, ajimeces, postigos, tarimas, taburetes, sofás, anaqueles, artesas y sobre todo arreos y herramientas de labranza, como carros, etc., cuya industria aún hoy día tiene gran importancia en muchos pueblos de la Provincia. Herrería y herrado, cerrajería, clavazón, armerías é industrias metalíferas, desde los árabes hasta hoy, no han tenido interrupción en Castellón. Molinos. Los romanos los hacían marchas á fuerza de esclavos. Los godos comenzaron á utilizar la fuerza motriz del agua. Los sarracenos valencianos, con su creciente aumento de población [y] aumento de riegos labrantíos, aprovechando los desniveles y saltos de los ríos y acequias. Y si hojeamos el registro de las donaciones hechas por Jaime I, durante y á raiz de la Reconquista, comprenderemos el número y riqueza de los molinos harineros de los árabes en esta región. El repartimiento de la conquista, como tendremos ocasión de ir mentando en la parte especial, hace mención detallada de muchos de aquellos. Es más: dos centros de población de aquella época se llamaron, al ser creados, 'Molinell' y 'Molinar'. En la cerámica, y especialmente en sus barnices cocidos de metálicos reflejos, en tiempos de la dominación arábiga, ya hemos hablado. La alfarería mora también alcanzó desarrollo en la fabricación de tejas y ladrillos, platas, tazas, zafas, jarras, alcarrazas, almarraxas, garrafas, redomas, barreños y azulejos. Viciana señala en el siglo XV á Trahiguero como productora de bellísimas porcelanas; y Cabanilles en el siglo XVIII á Alcora, Ribesalbes, Bechí, Onda y Segorbe, como centros alfareros. Hoy día siguen fabricando con éxito objetos de barro cocido muchas de las fábricas de esos poblados [...]. (pàg. 291-292)
Hilado y tejido. Hasta nuestros días han llegado los antiguos y familiares artefactos de la rueca y el hilo, el torno y el telar doméstico, que siglos y siglos ha ido pasando de generación en generación dentro de los límites de nuestra Provincia. Como materias textiles se han utilizado siempre la lana de los ganados, el lino del Palancia, algodón, la seda y el cáñamo. La fabricación de tejidos no debió apenas conocerse en las dos primeras épocas de nuestra historia regional. Nació, aunque muy pobremente, con los moros, en la fabricación de toscas telas de lanas, mantas, jaiques y fajas en Morella, Castellfort, Cinchtorres y Cortes de Arenoso [**I A PORTELL NO EL NOMENA**]. Luego siguieron montando telares, en época posterior á la Reconquista, La Mata, Vistabella y otros pueblos [**TAMPOC NOMENA A PORTELL**]; y en el siglo XVIII tenía una producción anual de 25,000 varas de bayeta, Cortes de Arenoso; y los doscientos telares de Morella producían 10,000 mantas y cobertores, 8,000 fajas y 5,000 varas de estameña. Hoy, con las modernas maquinarias, ha aumentado considerablemente la fabricación de mantas, paños y fajas morellanas [i en un gravat que adjunta al llibre, pàg. 292, apareix la Fàbrica Giner]. El tejido casero de lienzos de hilo crudo, para confección de prendas de cama y vestidos interiores (camisas, 'saragüells', enaguas, etc.), aunque más diseminada, tuvo siempre más importancia por su mayor producción y consumo dentro de la Provincia. El tejido de seda, por el contrario, lo absorbió la vecina provincia de Valencia, y ya en tiempos relativamente modernos. (pàg. 292)
Muchas otras industrias, aunque en modestia escala, se han ido cultivando con el tiempo, en nuestra Provincia. La alfayetería ó sastrería; la arriería ó traginería; la azucarera, ya de caña dulce, ya de remolacha (en Castellón aún queda en pié, aunque sin funcionar, un grandioso ingenio en el camino del Grao). La fabricación de mostos y caldos para vinos, que á últimos del pasado siglo adquirió gran desarrollo (aunque por los métodos primitivos) en el distrito de Vinaroz y otros pueblos de la Provincia como la Plana, Segorbe, etc. La producción de 'alcofoll' (alcohol), líquido espirituoso, lo comenzaron los árabes con sus alambiques. Hoy se destilan alcoholes vínicos y fabrican aguardientes en Villarreal, Alcora y Castelló, siendo muy buscados para la exportación, especialmente los de la primera ciudad. Se producen, desde hace mucho tiempo, aceites, principalmente de olivas, en lagares ó 'trulls' de primitiva construcción. En Segorbe se fabrican aceites de orujo. También se trabaja desde hace siglos en el curtido de pieles de ganado y curtido y estampado de cueros (aunque en menor escala). Igualmente en soguería y cordelería. En Castellón y en Vall de Uxó, principalmente, los sogueros se reúnen con sus toscas maquinarias hoy día, en huertas ó explanadas para el más cómodo ejercicio de su industria, que ocupa cientos de hombres y niños, produciéndose animados cuadros á la vista del curioso espectador. La cuerda de cáñamo y de esparto se utiliza ya para aperos de labranza y carrusería (esteras, serones, capazos, etc.), ya principalmente para fabricación de alpargatería, que en muchos pueblos de la Plana y la montaña tuvo gran importancia (mucho más que la zapatería ó calzado de cuero) y que hoy está amenazada de honda crisis. La fabricación de papel ya la conocían los árabes y se fabrica hoy en algunos molinos de las canteras del Mijares y del Palancia (en Villarreal, Segorbe y Rosell, por ejemplo, funcionan con éxito algunas fábricas). Y en fin, para terminar, la industria en nuestra Provincia es, en general, escasa y de poca importancia. Además de los tejidos morellanos, aguardientes de la Plana, azulejos de Onda y Castellón, etc., puede decirse que queda reducida á lo que se consume dentro de la región: los de los oficios necesarios para la vida y alimentación, vestido y habitación ó construcciones, carpintería, cerrajería, alfarería, calzados, pieles, ganadería, alpargatería en Castellón, Villarreal y Vall de Uxó; objetos de esparto en Artana; cuerdas de cáñamo en Villavieja y la Capital; aceites en Espadán; vinos en Benicarló; aguardientes en Villarreal; pipería en Vinaroz; toquillas de lana en Castellón; azulejos aquí y en Onda, loza en Alcora y Ribesalbes. (pàg. 293-294)
Puede afirmarse que la única industria que ha alcanzado en Castellón (más concretamente en la Plana) un próspero desarrollo, es la de confección de naranjas para el comercio de exportación al extranjero. Ella emplea durante su temporada invernal á miles de braceros de ambos sexos y todas edades, no solo del terreno sino forasteros de la Ribera valenciana y del Aragón [...], dá vida a otras industrias secundarias y afines, como la de fabricación de gusanos ó confección de abonos químicos, que tan pingües rendimientos produce; timbrado de papel de seda para envolver las naranjas (en Burriana hay varias fábricas); serrerías mecánicas y fabricación de puntas de París ó tachuelas (en Castellón, Villarreal, Burriana y otras poblaciones); trenzado de cuerda, curtido de pieles, confección de marcas, etc., etc. (pàg. 294-295)
En cuanto a la caza y pesca, primitivas industrias del hombre, resta decir que, hoy día, la caza mayor ha desaparecido por completo en nuestra provincia castellonense; y la menor ha disminuído, quedando más bien para los aficionados al arte de San Umberto, que para los profesionales de la industria cinegética. Hay, sin embargo, en algunas épocas y lugares, relativa abundancia de liebres, tordos, perdices y otras aves que hasta en pequeñas cantidades suelen exportarse a veces de Castellón á Valencia y Barcelona. La pesca marítima tiene más importancia que la caza, pues se dedican á la llamada 'del bou' marineros como Vinaroz, Benicarló, Peñíscola, Montcófar y Graos de Castellón y Burriana. (pàg. 295-296)
COMERCIO.- Prescindiendo de las colonias comerciales fenicias y griegas, tan importanes como Chersoneso, Orospeda, Castalio, Buris-ana y Orunda (Nota: "Peñíscola, Oropesa, Castellón, Burriana y Onda, respectivamente"), y los traficantes cartagineses; prescindiendo de los antiguos latinos que, ambiciosos, convirtieron nuestra región en verdadero suelo itálico, imponiendo sus leyes mercantiles durante siete siglos, sus medias, pesas y monedas (onza, libra, pié, palmo, pulgada, media, cántaro, barchilla, sueldo, dinero, etc.); prescindiendo del período gótico con sus instituciones de ferias y mercados [**COMPTE! UNA MICA MÉS AVALL DIU EL MATEIX DELS ÀRABS, COSA MÉS PROVABLE**]; antiguos impuestos (Nota: "portazgos, peatges, leudas, pontazgos, etc."); los traficantes judíos que abundaron en España más que en país alguno tras los godos, según Viardot; prescindiendo del mayor desenvolvimiento que pudo alcanzar en tiempo de los árabes nuestro comercio, a pesar de ciertas trabas religiosas del Korán y de las malas condiciones de nuestro litoral para el comercio marítimo de cabotaje, y la aparición de corsarios y piratas; y prescindiendo de otros importantes antecedentes históricos, solo diremos que el comercio interior ó terrestre despertó en nuestro suelo con los islamitas, cuyas influencias mercantiles llegaron hasta hoy. Ellos nos legaron raras monedas, prácticas y costumbres cuya esencia aún perdura, vocablos, pesas y medidas (adarm, quilat, arroba y quintal, cafís, almud, fanecá, maravedí, almodí, alfolí, aduana, basar, tahona, almagasén, merma, tara y otras voces). A los árabes debemos la institución del cargo de inspector oficial en los municipios, llamado 'Almotacén'. A ellos, repetimos, se debe esa provechosa institución de ferias y mercados, tan importantes aún hoy en día en los pueblos de nuestra Provincia, que tradicionalmente tienen en su mayoría una feria anual y un mercado semanal (Nota: "Villarreal en sábado; Lucena en domingo; Castellón, lunes; Burriana, martes; Nules, miércoles; Onda, jueves; etc., etc."). A los árabes debemos la institución de los 'pósitos', verdadera salvaguardia del labrador pobre. ¿Qué más podía exigirse á un pobre pueblo agricultor que no podía ni soñar en las facilidades con que cuenta hoy el comercio? (Nota: "Ferrocarriles, bancos y establecimientos de créditos, telégrafo, paz, vapores y puertos, periódicos anunciadores, etc., etc."). (pàg. 296)
Hoy día el comercio en la provincia de Castellón forzosamente hemos de confesar que carece de importancia, si hacemos excepción del ya mentado, referente á la exportación de las naranjas, que constituyen un venero de riqueza en la Plana, como algún día lo fué la exportación de vinos, hoy en crisis. Hecho este importante distingo, el restante comercio provincial es el necesario para el consumo ó vida de los pueblos en los distintos ramos del desenvolvimiento humano: el agrícola; exportación en pequeña escala de algarrobas, vino, higos y otros productos; importación de coloniales, materias químicas para abonos, telas y materiales para construcciones y pequeñas industrias; y también el comercio anejo á la industria ó producción del fluído eléctrico, pues, ya movidas á vapor (las menos), ya generalmente impulsados por fuerza hidráulica, utilizando los molinos de los ríos, funcionan en la Provincia infinidad de fábricas de electricidad para el alumbrado público y privado del setenta por ciento de los pueblos de Castellón." (pàg. 296-297)
[Sarthou dedica tot un capítol del llibre a parlar sobre la taronja, que no reproduïm ja que no és una planta precisament muntanyenca. Donem només alguns petis detalls del que diu: "La cuna del naranjo es la India, en donde vegeta espontaneamente. Ello lo abona el ver que en documentos sánscritos se habla de la 'Nagrunda' ó 'Nagarunga'. De la India pasó á China, Japón, Arabia, Egipto y Asia Menor. Algunos siglos después se le encuentra en Grecia, desde donde pasa á Roma, extendiéndose luego por el Mediodía de Italia. Indudablemente los árabes, al invadir nuestro suelo, trajeron el naranjo, siendo Andalucía la primera región [...]" pàg. 299; "Puede citarse un ejemplar, de naranjo, que en Castellón se conserva, el cual ha llegado á producir en una cosecha 14,000 frutas. Y aunque éste tan solo se cite á título de excepción, es bastante corriente obtener 2,000 frutas por árbol en huertos bien cultivados y en plena producción." pàg. 301 "Se calcula que un naranjo en plena producción y de buen porte, dá, por término medio, de 900 á 1,000 naranjas al año y aún más". (pàg. 302)]
SERVICIOS PÚBLICOS. VÍAS DE COMUNICACIÓN.- Uno de los factores principales para el engrandecimiento de la industria y comercio de un país es, sin género de duda, la facilidad del tránsito y comunicaciones; y ya en otro lugar de este libro tenemos señalado el vacío ó deficiencia que bajo este concepto ofrece nuestra provincia de Castellón. En efecto, causa verdadera decepción abrir nuestro mapa y ver espacios de leguas y más leguas de extensión, cientos de kilómetros cuadrados sin que ningún ferrocarril y ni siquiera una simple carretera regular ponga en comunicación directa infinidad de pueblos, que, aislados, se ocultan entre las montañas del Oeste de la Provincia, imposibilitando la comunicación directa entre capitales del partido como Viver, Lucena, Albocácer y Morella, por ejemplo. Mientras los partidos del litoral y del S. de la Provincia tienen ó gozan relativa facilidad de comunicación en línea, hay distritos, como los del N. y O. y en especial el del centro ó sea Lucena, en que la comunicación es tan pobre que cuesta interminables jornadas, por pésimas sendas de herradura, trasladarse de uno a otro pueblo, cosa que con la existencia de algún puente y mediano camino carretero podría hacerse con gran economía de tiempo y de molestias. Un viaje de Viver á Benasal ó Villafranca es más costoso que de Castellón a Barcelona. Y menos mal cuando de carreteras se trata, pues en lo tocante á ferrocarriles resultan fruta prohibida y 'rara avis' para miles de habitantes de la Provincia, que mueren sin tener la dicha de conocerlos. Solo por el litoral marítimo cruza la Provincia el ferrocarril del Norte, y por el Sur la secciona el central de Aragón; y el resto de la extensa superficie provincial carece del beneficio de las líneas férreas. [...] pàg. 321 i més endavant, parlant de les estacions de tren, afegeix: "De la fonda que muy cerca de la estación existe [Vinaròs], parten los automóviles-diligencias con servicio rápido y regular para Morella y pueblos intermedios, por la carretera que une ambas ciudades. Al kilómetro 141 está Benicarló, también distanciado de esta ferroviaria; y al 120 Alcalá, muy cercano de la vía, llamando la atención del viajero su esbelta y preciosa torre parroquial. De este pueblo [Alcalà de Xivert] parten diariamente coches-diligencias para Albocácer, Benasal á y Villafranca." (pàg. 323-324)
Pel que fa a les carreteres, hi ha un mapa entre les pàgines 324 i 325 i Portell apareix incomunicat; i com Portell, Cinctorres, Villores, Ortells, Palanques, Zorita, Chiva de Morella, Herbés, Castell de Cabres i Corachar. I les que ens passen de prop són:
CARRETERA DE CASTELLÓN Á ZARAGOZA, de segundo orden y tiene el siguiente recorrido: Castellón, Borriol, Puebla Tornesa, Cabanes, Cuevas, Salsadella, San Mateo, Venta de la Serafina, Ermitorio de Vallivana, Morella (incluso Hijuela) y hasta el límite de la Provincia, con 129'26 Km de longitud construída en la provincia; se incluyen 1'51 kilómetros de la travesía de Villarreal y 891 metros cuya conservación está á cargo de los ayuntamientos. Se comprenden 1'02 kilómetros comunes con la de Teruel á Sagunto á Burriana. Procede de la provincia de Valencia. (pàg. 331-334)
-.CARRETERA DE IGLESUELA DEL CID Á ALCALÁ, de tercer orden: Iglesuela del Cid, Ares, Albocácer y Alcalá de Chisvert, con 71'3 Km de longitud construída en la provincia; procede de la provincia de Teruel. aunque la 1ª sección corresponde á la provincia de Teruel, está encargada de las obras la jefatura de la de Castellón. Se aprovechan 2'53 kilómetros de la de Zaragoza á Castellón, en la que figuran.
-.CARRETERA DE MORELLA Á ALCORIZA, por Forcall, Zurita y Castellote; de tercer orden. Del origen [carretera Castelló-Saragossa al seu pas per Morella] al kilómetro 6 está construída, del kilómetro 6 al 12'29 en construcción; y el resto, hasta el límite de la provincia, 18'3 Km, en estudio.
-.VENTAS DEL AIRE (carretera de Teruel a Sagunto) Á MORELLA, por Rubielos de Mora, Mosqueruela, la Iglesuela [Portell, encara que no ho diu] y Cinchtorres. Del límite de la provincia á Morella, 30 Km, sin estudiar [o sigue, encara pendent d'estudi]. (pàg. 324-325)
En 1º de Enero 1910, la situación de carreteras provinciales en la Provincia era: sin construir kilómetro alguno, en proyecto aprobado, 28'817; y sin estudiar, 317'183 kilómetros. [...] La 'Gazeta' de 2 Julio de 1912, publicó el R. D. aprobando la relación de carreteras que, en cumplimiento de la ley de 29 de Junio del pasado año, ha de sustituir al suprimido plan general de carreteras y que, con las hoy en conservación y construcción, han de constituir las que corran á cargo del Estado. Las incluídas de esta provincia son las siguientes, todas ellas de tercer orden: [...] Morella á Alcorisa; Puebla de Arenoso á la de Iglesuela del Cid á Alcalá (sección de Culla al final); [...] (pàg. 337)
Por R. O. de Julio de 1912, también han sido declarados de utilidad pública, los siguientes caminos vecinales, enclavados en esta Provincia: [...] De la carretera de Alcalá de Chivert á Iglesuela, al camino vecinal de Culla, pasando por Villar de Canes. De Portall de Aragón en Caudiel á la estación del ferrocarril Central de Aragón. De Forcall por Todolella y Olocáu á cabo de término.
ANTIGUAS DILIGENCIAS.- Además de los ferrocarriles y tranvías, continúan vigentes servicios regulares de diligencias de unas poblaciones á otras, especialmente desde las poblaciones importantes y capitales de partido á los pueblos de sus alrededores. Fuera prólijo enumerarlas todas, y como á más importantes, hacemos mención seguidamente de las de Castellón y pueblos del contorno. son éstas las siguientes: de Castellón á Alcora y Lucena, á Benicasim, Benlloch, Borriol, Nules, Vall de Uxó, Montcófar, Artana, Burriana, Cabanes, Cuevas, Villafamés y la Barona, Villanueva de Alcolea, Villarreal y otras poblaciones. (pàg. 338-339)
COMUNICACIONES POSTAL, TELEGRÁFICA Y TELEFÓNICA. CORREOS.- Ya en el siglo XVIII estaba establecido el correo en nuestra Provincia por los medios entonces conocidos, pues en el archivo municipal de Castellón se conserva un bando, publicado en 1760, según el cual el gobernador político y militar de la villa de Castellón y su partido, hacía saber el decreto de S. M., estableciendo dos correos semanales de Valencia á Cataluña, y fijando los días y las horas del paso de las postas por dicha población para conocimiento del público. Hasta la segunda mitad del pasado siglo XIX no alcanzaron los correos la perfección actual. Sin embargo, en nuestra Provincia resulta para algunos pueblos algo deficiente este servicio público, como consecuencia natural de lo defectuoso y pobre del trazado de ferrocarriles, dándose el caso lamentable de que para llegar una carta á algunas poblaciones de las comarcas del Maestrazgo, inviértese más tiempo que si fuera al extranjero, expidiéndose desde la Plana, por ejemplo.
Para este servicio postal cuenta la Provincia con una administración principal que radica en Castellón, y varias estafetas y carterías ramificadas y agrupadas en la siguiente forma: De la administración principal dependen directamente las carterías de Alcora, Almazora, Benasal, Benicasim, Benlloch, Cabanes, Lucena, Oropesa, Puebla Tornesa, Torreblanca, Torre d'En Doménech, Villafamés y Villanueva de Alcolea.
Estafeta de Albocácer: Carterías de Ares del Maestre, Benasal, Castellfort y Villafranca del Cid.
Estafeta de Morella: Carterías en La Mata, Olocáu y Forcall.
[Altres estafetes: de Alcalá, de Benicarló, de Burriana, de Nules, de San Mateo, de Segorbe, de Villarreal, de Vinaroz, i de Viver]
[Res diu de Cinctorres i Portell però en un mapa que inclou entre les pàgines 340 i 341 està traçada un línia entre Morella i Portell, passant per Cinctorres, que anomena com: "Conducción á caballo ó peatón", una altra va de Morella a Zorita, passant per Chiva de Morella, Ortells i Palanques ó bé per Forcall, Villores, Ortells i Palanques [no diu quina era la bona per anar a Ortells, Palanques i Sorita]; una altra va de Morella a Herbés i cap al Matarranya; una altra de Morella cap a Castell de Cabres i Corachar; una altra des de Morella a Fredes, passant per Vallibona, Bel, Ballestar, Puebla de Benifasar, Bojar; i finalmente, la que va de Morella a Tronchón, passant per Forcall, Todolella, La Mata i Olocau (i en tots quatre pobles diu que hi ha "Carteria del Estado"); per l'altre costat, des de Villafranca del Cid va una altra línia del mateix tipus en direcció "á Inglesuela", i d'Ares a Castellfort)
Están autorizadas para recibir valores, además de la administración provincial y las once estafetas relatadas que de ella dependen, las carteras de Alcora, Barracas, Caudiel, Lucena, Onda, Torreblanca, Vall de Uxó y Villafranca del Cid. (pàg. 339-340)
TELÉGRAFOS.- Las estaciones telegráficas del Estado en esta Provincia, son las siguientes: De servicio permanente solo es de ordinario Castellón de la Plana. De servicio completo hay tres, que son: Burriana, Segorbe y Vinaroz [en el mapa també diu "teléfono urbano de Vinaroz"]. Y de servicio limitado quince, á saber: Alcora, Alcalá de Chivert, Almazora, Benicarló, Jérica, Lucena, Morella, Nules, Onda, San Mateo, Torreblanca, Vall de Uxó, Villarreal [que en el mapa ja apareix com "de servicio completo"] y Viver, y además los ferrocarriles del Norte. Prestan servicio limitado, combinado con telégrafo del Estado, las estaciones telefónicas recientemente creadas de Altura, Caudiel, Castelnovo, Navajas y Soneja. [...] En las estaciones de la Capital y de Burriana hay instalados en la actualidad aparatos Hugles, dado el número abrumador de despachos que se reciben y tramitan, especialmente durante la época de la campaña naranjera. (pàg. 340)
TELÉFONOS.- El tenéfono interurbano, hoy en comunicación ya con el extranjero, tiene cuatro estaciones en nuestra Provincia, en las importantes poblaciones de paso de su línea, de Vinaroz, Castellón, Villarreal y Burriana, siendo de servicio permanente la primera; de ocho de la mañana á doce de la noche la de la Capital, y de servicio limitado las otras dos. En Castellón de la Plana existe una red de teléfono urbano que presta servicio desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, con tendido de ramificaciones hasta el Grao, Almazora, Villarreal y Burriana [i Betxí, segons el mapa]. En breve se prolongará hasta Nules, Onda y Benicasim. [i en el mapa afegeix: "De Segorbe parten las líneas telefónicas municipales de Caudiel, Castelnovo, Jérica, Navajas, Altura y Soneja, que admiten y prestan servicio de telegramas para el público.] (pàg.340)
[També en el mapa afegeix una nota sobre "GIROS POSTALES.- Pueden ponerse giros postales desde una á quinientas pesetas entre la Estafeta de Correos de Albocácer, Alcalá de Chivert, Benicarló, Burriana, Lucena del Cid, Morella, Nules, San Mateo, Segorbe, Villarreal, Vinaroz y Viver, y de una á cincuenta para los pueblos enlazados directamente de esta provincia."] mapa inserit entre pàg. 340 i 341, anomenat "Plano de Comunicaciones Postal, Telegráfica y Telefónica y Giro-Postal por Carlos Sarthou Carreres"]
SERVICIOS VARIOS.- [...] Réstanos aquí añadir que para la protección á la infancia, reformas sociales, censo electoral, los mismo que beneficencia é instrucción pública, existen en la mayoría de municipios, juntas municipales, bajo la dependencia de su respectiva junta provincial de Castellón y autoridades competentes, y organizadas y funcionando con arreglo á la variada legislación administrativa vigente. En lo tocante á sanidad terrestre, y subordinados á los subdelegados provinciales de medicina y farmacia, existen inspectores municipales de sanidad. Referente al orden público y seguridad personal, hay cuerpos de policía y seguridad, así como en muchas poblaciones rurales, guardas de campo y forestales, además del benemérito cuerpo de la Guardia civil. En las capitales de partido existen cárceles de dicho nombre y en los municipios depósitos para prisiones preventivas y cumplimiento de penas leves. En cuanto á beneficencia, además de las mencionadas juntas y muchas entidades caritativas de orden privado ó particular, hay emplazados en la Capital, asilo provincial de beneficencia y el de huérfanos de San Vicente Ferrer, un magnífico hospital provincial en Castellón y otros municipales en la mayoría de los pueblos, muchos de ellos verdaderos palacios de la caridad. Instituciones como San Vicente de Paul, Hermanitas de los pobres, Cruz Roja y otras no menos importantes, ejercen sus plausibles funciones en varios puntos de la Provincia. (pàg. 341-342)
El servicio de señales marítimas tiene establecidos los siguientes faros en nuestras islas y costas: [...] [i cita els següents: Faro en las Columbretes (de primer orden), uno en Oropesa (de tercer orden), y en las playas de Benicarló, Vinaroz, Grao de Castellón y Grao de Burriana (de quinto y sexto orden)]. Las cúspides de triangulación, de primer orden, en nuestra Provincia, son: casi en línea recta á lo largo del lado O. de la Provincia y en sentido de N á S., En Canader, Ares, Peñagolosa y Pina; al S. Espadán, y en el litoral mediterráneo, cerca de la Capital, el Desierto. Además de lanzar visuales todos ellos entre sí (lados de triangulación), dirige el Desierto á Montgó, Columbretes, Mallorca é Ibiza; y los demás, á sus vértices de alrededor de la Provincia, por NO. y S. (Tarragona, Teruel y Valencia respectivamente), denominados Montsiá, Espuña, Peñarroya, Javalambre, Salada y Rebalsadores. [...] Nuestra Provincia la cruza de N. á S. la ancha cadena de triangulación de la costa E., y casi por mitad (distritos de Viver y Lucena y obispado de Valencia), se le une la cadena del meridiano de Madrid, formando dos cuadriláteros por la provincia de Teruel. Los vértices, en general, están marcados con señales de fábrica, de forma cónica, y á veces piramidal, de tres metros de diámetro en la base y cinco ó siete de altura, enlucidas al exterior de cal ó pintadas de negro, y en cuyo centro y al nivel del zócalo se coloca siempre la referencia principal, que es la que indica su precisa situación. A dichos zócalos se refieren las altitudes contadas sobre el nivel del mar y al meridiano del observatorio astronómico de Madrid, tomando como positivas las del E., las longitudes sin más excepción que la de estar referidas al de París en el enlace argelino; contándose los azimutes desde el S. hacia el O., de 0º á 360º, y habiéndose adoptado para la ejecución de los cálculos expuestos del Instituto Geográfico, los elementos del elipsoide hipotético de Struve. A guisa de ejemplo, y por el vértice más importante de nuestra provincia castellonense, haremos la descripción del vértice geodésico de Peñagolosa (ya que, además de pertenecer á la cadena de la costa E. y la diagonal de Madrid, forma parte también del cuadrilátero de Caspe, en triangulación con el vértice de Tarayuela). [I acaba parlant del Peñagolosa (vértice geodésico de primer orden), autèntica debilitat de Sarthou: "En la cúspide de Peñagolosa comenzamos las primeras páginas de este libro"] (pàg. 342-348)
[A continuació, parla de cadascún dels pobles de la província. Consulteu el que diu de Portell.]
[SARTHOU CARRERES, Carles. Geografía general del Reino de Valencia: Provincia de Castellón. pp. 1-348. Barcelona. Ed. Alberto Martín. 1913; edició de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón. Sant Vicenç dels Horts (Barcelona). 1989)
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Recopilació bibliogràfica i transcripcions de Jacint Cerdà