EL PECADO DE UNA HIJA
Letra de A. Fernández
PRIMERA PARTE
Cerca de Teruel vivía
un matrimonio muy rico,
y tenían una hija
que se llamaba Milagritos.
Dieciocho años tenía,
y se decía por el pueblo
que era una rosa su cara,
más linda que los luceros.
Su buena madre enfermó
de una grave enfermedad,
y decían los doctores
que jamás podría curar.
Mientras la malvada hija
a su padre le miraba
siempre que quedaban solos
de una forma descarada.
Un día que este buen padre
estaba en su habitación,
entró la hija malvada
y a su padre así le habló:
"Quiero decirte una cosa,
si acaso mi madre muere,
seré tu nueva mujer
sin que se enteren las gentes".
Y su padre contestó:
"Cállate, hija malvada,
pues llevas mi propia sangre.
Antes que eso, me mataba."
Han pasado varios meses
y un día la madre murió
por un veneno muy fuerte,
que según dijo el Doctor.
Como padecía de cáncer,
ella se encontraba aburrida,
se ve que tomó el veneno
para acabar con su vida.
Cuando un año transcurrió
que había muerto la enferma,
el cumpleaños llegó,
de Milagritos Valera.
Muchos amigos vinieron
y aunque el padre no quería,
esta mala hija, a su padre,
que le hizo tomar bebidas.
Mucho allí se divirtieron,
y cuando la noche llegó,
en la habitación del padre
que la hija se metió.
Al otro día, de mañana,
a su padre le decía:
"Ahora ya soy tu mujer,
ya me salí con la mía.
Todo el capital que tienes
a mi nombre has de poner,
si no, les diré a las gentes
que me has hecho tu mujer.
Además, también diré,
que como estabas borracho,
abusando de tu fuerza,
me metistes en tu cuarto".
Aquel padre, horrorizado
por lo que su hija decía,
le dijo: "Si eso es verdad
yo me quitaré la vida".
Mientras la hija reía
y decía estas palabras:
"A mi madre envenené
para ser tu enamorada".
El padre cogió un cuchillo
que en la mesa se encontró
y a aquella hija maldita
dos puñaladas le dio.
SEGUNDA PARTE Herida al suelo cayó,
y como una loca reía,
que diciéndole a su padre:
"Yo me salí con la mía.
Sé que cometí pecado
y a Dios le pido perdón,
y le pido a la Justicia
que no vayas a prisión".
Los criados de la casa
quedaron horrorizados
al escuchar las palabras
y a la Justicia llamaron. Cuando ésta se presentó,
Milagritos agonizaba,
y pidiendo perdón al padre,
a Dios su vida entregaba.
Y así, señores, termina
esta tragedia tan grande,
y el pecado de un hija
que cometió con su padre.
FIN * * *Gráficas
Cervantes, Alicante. Editat amb "MI POBRECITA SUEGRA" i
"ADELITA". |